jueves, 4 de julio de 2019

Sin destino

Ahora las cartas no tienen destinatario
Las puertas se sellaron para siempre

Las miradas se quedan en un punto fijo
Preguntándose dónde está aquella emoción
Que las hacia agua en los ojos.

Cada silencio es un recuerdo
Y cada recuerdo corta el aire que no alcanza a llegar a los pulmones y se queda en la garganta enterrando su punzante filo.

Te tumbas en la cama y el techo es infinito
Y cuentas cada hendija del entechado
Imaginando que por ellas pueden escapar las lágrimas que no quieres dejar caer por tus mejillas

El peso de su ausencia es un monstruo que recorre tus entrañas y con su paso la huella sangra a cuentagotas haciendo mares de tristeza

Un suspiro es un castigo.
Un lamento es una condena...
El adiós es el presente que nunca esperas.

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